A finales de 2009 y con solo una
mano, creamos una S.L con nombre un tanto peculiar que provocaba risilla entre
notarios y gestores varios, mientras, la otra mano la manteníamos ocupada
meciendo a nuestra pequeña recién nacida de pocos meses.
Os podéis imaginar la locura que
supuso hasta que conseguimos empezar a rodar allá para el mes de abril de 2010.
Ahora mismo después de casi tres años todavía no nos explicamos de donde
sacamos tanta energía. Supongo que lo que nos mueve a todos: La ilusión. Empleo
esta palabra aun sabiendo que suena increíblemente a tópico, pero es la pura
verdad, cuando nació nuestra niña, sentimos una necesidad terrible de hacer
algo, y hacerlo diferente.
Por ello utilizamos como soporte
internet, hasta entonces un medio no demasiado conocido para nosotros, y así
creamos nuestra tienda online de ropa y complementos para bebé
¡ChinchaRabincha!
Pronto nos dimos cuenta que la
cosa de fácil no tenía un pelo, y que las inversiones y gestiones a realizar
eran prácticamente las mismas que en cualquier negocio “tradicional” y como en
cualquier negocio “tradicional”, las ayudas para emprendedores y autónomos por
parte de la administración eran escasas, bueno y en nuestro caso en concreto
fueron NULAS, para que engañaros. Por lo que si en este país quieres conseguir montar tu
empresa te toca en la mayoría de los casos (no digo yo que en todos porque
supongo que habrá gente que habrá conseguido alguna ayuda) apechugar con todos los costes, por no hablar de la cantidad de papeleos, gestiones y trámites burocráticos que hay que realizar. Para que luego, el político de turno vaya diciendo que los
desempleados tienen que ser más emprendedores…qué bonito es decirlo, cuando
ellos cobran esos sueldazos al mes, que además les pagamos entre todos, dicho sea de paso.
La cuestión es que aun así (no me preguntéis cómo) logramos arrancar, y
cuando parecía que todo iba bien, comenzaron diariamente las noticias
demoledoras en los telediarios. Empezamos a hablar en las tertulias entre
amigos de macroeconomía, y poco a poco desde arriba nos quisieron hacer sentir
culpables de todo: De tener vivienda en propiedad, de viajar una vez al año, de
salir a cenar a menudo, en definitiva: De consumir.
Luego más adelante llegaron las
“medidas para salvar nuestro país”, un bombazo tras otro, en plena línea de
flotación, recortando derechos laborales, sociales…y sobre todo, los más
básicos y fundamentales como la sanidad y la educación pública. Estos derechos
por los que tanto pelearon y lucharon nuestros padres, y que, por desgracia, estamos
perdiendo y nos sabemos si algún día nuestros hijos van a poder disfrutarlos,
pero creedme que nosotros seguiremos luchando por ellos.
Y para colmo, desde hace ya
tiempo todos los días nos desayunamos con un nuevo caso de fraude o corrupción.
Yo sinceramente me pregunto una cosa… ¿Cómo es posible defraudar tanto y
durante tanto tiempo sin que salten las alarmas? Porque, por poneros un ejemplo,
a nosotros, una pyme con solo tres años de vida, desde la Agencia Tributaria ya
nos han hecho un “control rutinario”, así lo llamaron. Casi nos da un infarto,
¡Madre mía Hacienda! Dos noches sin parar reuniendo papeles y hasta que no
terminamos no respiramos tranquilos. Luego pensamos: Esta gente que roba a dos
manos y sin contemplaciones… ¿Cómo pueden dormir por las noches? ¿Cómo es
posible que defrauden y roben de esa manera, y luego queden prácticamente impunes?
En fin, por esto y por muchas
otras cosas más, apoyamos desde aquí iniciativas como la de
Marea Fucsia y su
#viernesreivindicativo.
Marea Fucsia es un grupo de mamás y papás blogueros (y no blogueros
porque yo creo que esto nos afecta a todos, así que os animamos a que os uniáis aunque no seáis bloggers) hartos de esta situación en la que
nos están metiendo, protestando cada semana y luchando por nuestros derechos y
los de nuestros hijos.
Y mañana viernes
nosotros también estaremos protestando, tuiteando y retuiteando con ellos nuestras reivindicaciones con el
hanstag #MFemprender